miércoles, 10 de agosto de 2011

Animales de costumbres

Que somos animales de costumbres es algo más que evidente. Ejemplo. La gente que viene a estudiar a la biblioteca siempre se sienta en el mismo sitio. Día tras día. Hasta el punto que habiendo sitios vacíos, muchos, de sobra para elegir, el día que se encuentran con su sitio ocupado, no saben donde sentarse. Tal cual. Deambulan por la sala, despitados, buscando un hueco en el que se sientan casi tan cómodos com en "su sitio". En fin.
Quizá, y en el fondo, el hecho de sentarse siempre en la misma silla, sería el equivalente a marcar el territorio. Sí, como hacen los animales. Afortunadamente y, hasta ahora, nunca como en ellos es habitual.

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