jueves, 15 de enero de 2009

Buenos propósitos

Parece ser que me cabe a mi el dudoso honor de ser el que publique el primer post de 2009. Pues nada, asumo tan honrosa tarea.

Decía Luthor en su post del 30 de diciembre pasado que llegaba la hora de los buenos propósitos para el año nuevo y que, como todo buen propósito que se precie, éstos serían abandonados indefectiblemente antes de que acabe enero. Estoy de acuerdo, además esto forma parte de la liturgia de la Navidad junto a las panderetas, los mazapanes de Estepa y los pijamas de regalo de los Reyes Magos. El año que viene volveremos a hacer lo mismo.

Cosa distinta son los propósitos o, mejor, la ausencia de ellos que año tras año comprobamos desde los poderes públicos con respecto a las bibliotecas en particular y a la cultura en general.

Respecto a las primeras sigue sin verse una intención clara de dignificar esta profesión con el desarrollo legislativo adecuado de reglamentos que, en el mejor de los casos, tienen al menos 10 años. Sigue sin aparecer un mapa laboral definido ni un catálogo de funciones clarificador. Siguen sin establecerse unas normas detalladas (las del Decreto 119/2005 no lo son) sobre qué debe ser una biblioteca pública, cómo debe estar construida, qué servicios debe ofrecer y quiénes deben gestionarlas y de qué modo y sujetos a qué condiciones laborales.

Respecto a la Cultura (así, con mayúsculas) sigue sin haber un acuerdo marco entre todos los agentes (creadores, gestores, editores, administraciones públicas, fundaciones, etc.) sobre los apoyos y la distribución de la cultura o como decía Teddy Bautista "el canon digital es un hecho, se paga y punto y el que no esté de acuerdo que se aguante" ("que se joda", dicen que pensó). Sigue sin acercarse al público como amplio receptor de la misma más allá de alguna convocatoria esporádica o algún Plan de esos que, luego, el conseller de turno anuncia a bombo y platillo y que se queda en un deslabazado intento de nada. Sigue sin entenderse que los canales de acceso a la cultura han cambiado así como sus medios de difusión, sólo se intenta demonizar mediante un canon a todos aquellos susceptibles de descargarse la Gala de OT de Internet, es decir a todos...bueno a casi todos, yo de OT paso.

En fin, que los buenos propósitos se quedan para el ámbito doméstico. A las administraciones les valen cuatro planes de mucha enjundia y poca esencia.

Bueno, yo como Luthor: seguiré fumando, no haré deporte y ni de coña me pondré a dieta este año. A no ser que termine haciendo una huelga de hambre como el capullo de De Juana porque no me suben el sueldo y sí la hipoteca.

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