lunes, 20 de octubre de 2008

Fast book

Dicen que fue la incorporación de la mujer al mundo laboral lo que propició la aparición de la cultura del fast food con sus estabilizantes, colorantes y antioxidantes de nombres impronunciables e inmemorizables. Que la falta de tiempo para hacer un cocido en condiciones con sus seis horas de chup-chup a fuego lento dio paso al reinado del MacPollo. Aunque yo no sé si de eso tienen culpa las mujeres (seguro que la mía no está de acuerdo) sino la velocidad que parece formar parte intrínseca de la evolución humana.

Yo no sé si alguien más se ha parado a pensar en esto -seguro que sí- pero a mi parece que vamos como si nos hubieran puesto un cohete en el culo. No voy a hablar de OT y de la hipersónica carrera de los que participan en ese circo porque luego me dicen que soy un "encanao" y que deje a los chiquillos que se diviertan pero lo que antes se conseguía, si se podía, en varios años de carrera hoy se consigue en unos cuantos programas de máxima audiencia. Vamos que de la orquesta de pueblo a firmar por Virgin se tarda un par de meses más o menos.

Bueno (que me enrollo), pues pasa igual con los libros. Y pasa tanto desde el punto de vista de la escritura como desde el de la lectura. De 100 libros que se adquieren en mi biblioteca 90 son de autores que vienen escribiendo del orden de 3 libros por año (César Vidal, Isabel Allende -a rachas-, Pío Moa, Danielle Steel, etc.) en un tipo de literatura plagada de lugares comunes y artificios literarios, con una falta insultante de rigor histórico o simplemente peor escritas que la redacción de la Navidad que nos mandaban en el cole después de las vacaciones. El caso es vender a cascoporrillo.

Luego está eso del leer. Es muy común que alguien se acerque al mostrador de Préstamo con dos ladrillos del 12 infumables y te digan "Me los he leído en dos tardes". Vale y ¿qué quiere que haga yo? ¿Que le proponga para el Nóbel?¿Que le nombre lector del año?¿Que le diga que es más tonto que Abundio?¿O que le pregunte si se ha leído sólo las páginas pares porque es del todo imposible leerse 4.358 páginas en un tarde?¿Quién es Johny-5?

Esta velocidad es contagiosa así hay usuarios que se acercan al mostrador, te lanzan los libros como si estuviesen repartiendo cartas para el Tute y se van echando leches sin decir ni esta boca es mía a por más bestsellers de 15.300 páginas que se leen en una tarde. Luego vienen a prestar ese libraco y, si Absys tarda un poco en reaccionar (nooooo, eso no pasa nunca), ves cómo empiezan a ponerse nerviosos. Pero ¿qué pasa?¿Tienen el mono?¿Les han diagnosticado una enfermedad terminal y les han dado 10 minutos de vida?¿Tienen ladillas?

Así que junto a la cultura fastfood ha crecido una nueva cultura del fastbook aunque, como en la primera, no sólo no alimente sino que además sea nocivo para la salud, en este caso la del espíritu. En fin, más de lo mismo.

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