No es que esperara ver a nadie enarbolando la bandera de la cultura bien entendida ni levantando las barricadas del sentido común. No es que esperara una comprensión casi empática, identificativa. No, no, que va. Aunque sí me esperaba tocar la fibra sensible del rédito político poniéndola más a huevo que José Tomás delante de un morlaco. Pero no, me equivoqué. A pesar de que periódicamente (más o menos, dos veces al año coincidiendo con los exámenes de la Uni) se ponen del lado reivindicativo de los estudiantes, a pesar de que, me consta, de vez en cuando han solicitado mayores servicios culturales para la ciudad a la Administración, a pesar de que entre sus principios ideológicos fundamentales (pobre Pablo Iglesias) están los del libre acceso a la cultura, a pesar de todo ello, la denuncia de que un Auxiliar Administrativo sin ninguna formación en bibliotecas estaba ocupando el puesto de un auxiliar bibliotecario con amplia formación, experiencia y titulación sin ofrecer el más básico servicio bibliotecario (como informar sobre el horario de apertura o atender llamadas de teléfono), merece para ellos una denuncia de... cinco líneas y media.
No sé si no habremos salido de Guatemala para caer en...
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