miércoles, 3 de septiembre de 2008

Nº8: Cantinera de Cuba, Cuba, Cuba

En el número 8 tenemos una auténtica joya.

Uno de los males que sufrimos con nuestros queridos usuarios es que no saben, o mejor dicho, no quieren saber hasta donde llegan nuestras competencias o límites de nuestras funciones bibliotecarias.

Un buen día vino una señora a solicitar un ordenador con acceso a internet. El bibliotecario le asigna uno y al instante la señora le llama y le dice:

_ ¡Oiga! Quiero que me abra una cuenta de correo y que me busque una postal de felicitación para mandarla porque es el cumpleaños de mi hijo que está en Inglaterra. Es que yo no he usado esto en mi vida.

El bibliotecario le responde:

_ Lo siento señora. Nosotros sólamente prestamos el ordenador y es el usuario el que debe de tener unos conocimientos para poder utilizarlo.

La usuaria enfadada le dice:

_ ¡Que vergüenza! ¡Yo soy profesora, y si un alumno tiene dudas respecto a la clase me quedo con él después de clase para aclarárselas!.

El bibliotecario ofendido y convertido en Hulk responde:
_ ¡Exacto!. Usted se queda después de clase porque es profesora. Pero... ¿A que usted no hace bocadillos de mortadela en la cantina a la hora del recreo? No. Usted se queda tomando un café en la sala de profesores. ¡Y por qué!. Porque usted es profesora; no cantinera. Y yo soy bibliotecario y no profesor de informática.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que fueeerte me parece